jueves, 22 de marzo de 2007

Inauguración

Blog de trabajo del GIEPAD ( Grupo de Investigación de Educación de Personas Adultas y Desarrollo) - 2007 - SEVILLA

Tras varias propuestas y sugerencias, y en vistas de la posible utilidad, hoy ponemos en marcha este blog. Sin duda, una herramienta de comunicación muy práctica y de fácil acceso, que espero podamos sacar el máximo partido.

Para comprobar su eficacia y empezar a darle vidilla, propongo la participación de cada uno de los componentes de este grupo de investigación. Para ello os invito a realizar cualquier aportación, tanto editando una nueva entrada como incluyendo algún comentario en ésta misma.

Muchas gracias

Un saludo
Daniel Porras

4 comentarios:

Paco dijo...

Aunque ya lo dialogamos en su tiempo lo vuelvo a poner sobre la mesa para dialogarlo y pulirlo

NUESTROS PRINCIPIOS DE PROCEDIMIENTOS E IDEARIO
La investigación es una de las características fundamentales de las personas. Nuestros sentidos se han conformado para recibir, analizar, descubrir, relacionar... Somos seres procesales : procesamos energías, impulsos. sentimientos, palabras, ideas...
Si no fuera por el control, que en determinadas circunstancias, ejerce el grupo, detentador de poder, sobre los individuos; la potencia investigadora, creativa, descubridora de la que estamos constituidos nos habría permitido ser investigadores natos y además, dichosos. Por ello hemos de rescatar y promover la investigación como, derecho fundamental, creadora, cercana, divertida, permanente.... También hemos de denunciar el intento economicista que pretende dominarle como un bien de mercado, uniéndole sólo al desarrollo económico, al dominio de las riquezas, al control y disfrute de "unos pocos".
Se trata de aprender/investigar sin límites, con anticipación, libertad, cooperación, competencia personal/social, solidaridad, crítica, apertura y curiosidad, sin dogma. Y todo eso está contra un sistema único, sometedor y excluyente.
Ante esta situación, y especialmente si reflexionamos sobre la nueva sociedad que se desarrolla, nos hemos de plantear científica y éticamente el perfil y el trabajo del investigad@r.
A menudo es difícil distinguir. Con demasiada frecuencia, el uso de las nuevas tecnologías, la puesta en escena y nuestro propio vocabulario, parecerían que optamos decididamente por la opción ética, metodológica, social y filosófica de la investigación/acción participativa, y por el contrario, sólo estamos arropando y disfrazando el modelo de formación que defiende el mercado. Es más, los grandes “gurús” de la formación continua, de las “nuevas estrategias educativas”, del papel de la universidad y de los desarrollos curriculares “adaptados a las necesidades reales” practican una promiscuidad sin sonrojo de estos conceptos y del pensamiento único.
Hemos de optar por un modelo no-bancario (Freire) y sí liberador, que promueva el proceso de convertirse en persona (K. Rogers) ante las exigencias colonizadoras y especialmente clonizadoras de la mundialización. Se ha de trabajar en equipos multiexperienciales, no sólo multidiciplinares cuyos trabajos y resultados no son la suma aritmética de sus saberes, sino que las competencias conseguidas por esos equipos son “procesales, químicas, afectivas, geométricas y socialmente diferentes”.
No podemos seguir siendo transmisores de conocimientos e información porque eso es ya un trabajo tecnológico caduco, hemos de jugar a ser indicadores, favorecedores, copartícipes procesales, en presencia más de epistemólogo que de enciclopedia vivientes.
Trabajar un modelo de red, tanto vertical (en tiempo y en niveles) como horizontal, en solidaridad. La formación a lo largo de toda la vida (vida cronológica y espacial) se ha de asemejar al modelo inteligente, neuronal, donde el conocimiento se produce por relación interneuronal.
Habremos de considerar la inteligencia como realidad viva, no estática, multiforme, donde lo racional, afectivo, sensitivo, experiencial e imaginativo la conforman (Goleman). Esto es muy importante para la desconstrucción del nuevo “orden” que nos desean imponer. Ante una civilización icónica, impulsiva, jerárquica y uniformante es urgente trabajar por la “individuación solidaria”, donde todos y cada uno hemos de ser infonomistas (Alfons Cornellá), es decir, gestores y procesadores de información dispersa, interesada y blindada.
Son apasionantes los temas que se nos presentan y nos urgen sin olvidar las, que por otra parte, pueden ser consideradas posturas equivocadas: la excesiva ideologización y populismo de los que ya nos advirtiera en sus últimos escritos Freire, y que nos convierte, con demasiada frecuencia, en fundamentalistas, voluntaristas y activistas marginales.
Por último, en una sociedad cambiante, mestiza y global, es imprescindible una evaluación constante, y no considerada como exámenes reaccionarios que sólo responden a una concepción estática y jerarquizada de la sociedad, sino como proceso de aprendizaje donde se acentúa, si cabe, la competencia.


Francisco Barco Solleiro

FOCODE dijo...

FELICITACIONES Y SUGERENCIAS
¡ENHORABUENA por la iniciativa, porque este es el medio ideal para los que no podemos asistir a las reuniones, porque desde aquí, a cualquier hora y en cualquier hueco podemos hacer los comentarios que queramos, debatir cuanto queramos y ofrecer los documentos que queramos, pero para ello SUGIERO:
1) Que haya una persona que administre el BLOG o que lo administremos todos los miembros, según el propio GIEPAD decida. Personalmente me inclino por la administración colectiva y cooperativa porque así compartimos la tarea.
2) Deben incluirse en ÉL LAS CONVOCARTORIAS DE REUNIONES del propio GIEPAD, para tenerlo como agenda siempre visible, así como otros EVENTOS.
3) Obviamente deberán incluirse los trabajos y artículos a debatir, como los debatidos hasta ahora: Paco Barco, Paco Cuevas y Jorge Ruíz. De esta manera ya no hay que mandar nada a nadie y todos podemos señalar s comentarios sin necesidad de estar preocupados por enviarlos a todos los miembros.
Es una idea MAGNÍFICA!!!! ENHORABUENA Y ADELANTE.
Cuando metais los artículos, me encantará apuntar mis comentarios.
Un abrazo y gracias por la iniciativa.
Juan Miguel Batalloso

Darío R. O. dijo...

Ya que por horarios de trabajo y motivos familiares no voy mucho por las reuniones en los últimos meses, el poder contar con este espacio me ofrece la oportunidad de hablar con tod@s vosotr@s. Las gracias a Dani por la dedicación que ha puesto. Espero que comentéis qué tal ha ido la reunión de esta tarde. Un abrazo.

Pepe Gil dijo...

Sea bienvenida esta iniciativa que nos permite otra manera más de comunicarnos. Transcribo algunos comentarios a los artículos de Paco Cuevas y Jorge Ruiz incluidos en el orden del día de la reunión del Grupo de ayer 29 de marzo de 2007.


La lectura del artículo de Paco Cuevas, titulado Conflictividad en la escuela: cinco metáforas para comprenderla y algunas claves para cambiar las cosas, me sugiere algunos comentarios que seguidamente comparto con vosotros.

Antes de entrar en algunas cuestiones de contenido, decir que me resulta atractiva la estrategia expositiva de la que se vale Paco para hacernos llegar sus ideas sobre la conflictividad en el aula. Considero que acudir a la argumentación por analogía, en este caso valiéndose de cinco metáforas, permite una presentación muy didáctica que facilita el seguimiento del texto y la obtención de conclusiones.

Sobre el fondo del artículo quisiera poner en el tapete del debate algunos pocos apuntes. Así:

 Me planteo como interrogante si en realidad existen tantos conflictos asentados en la violencia en la escuela o si no estaremos asistiendo a un proceso de cierta “criminalización” de lo que en verdad nos es más que el cuestionamiento del sistema y del orden escolar vigente, que es el propio de una sociedad estructurada en clases y recorrida por la lógica capitalista más allá de los tradicionales centros de producción.

 En relación con lo anterior, parece constatarse que la estructura escolar es rechazada por unos determinados segmentos poblacionales de jóvenes con la consecuencia, y a la vez causa, de que se están definiendo nuevos escenarios sociales y nuevos procesos de construcción de la identidad.

 Desde hace unas décadas asistimos al paso de una sociedad disciplinaria al de una sociedad de control. Sin embargo, esta violencia que se denuncia parece evidenciar también los límites de la sociedad de control en relación a ésta. ¿Supone en sí un fracaso de esta nueva forma de control, más sútil, más difusa?

 Paco expresa que “la escuela está inmersa en la sociedad y cumple funcionalmente al sistema capitalista”. Desde la asunción de este aserto, no puede olvidarse la doble funcionalidad paradójica de la escuela: de un lado como lugar y agente de reproducción; pero, por otro, como espacio de resistencia. Al afirmar esto último tengo en cuenta las precauciones de distinguir entre resistencias de tipo progresivo y aquellas que puedan derivar hacia lo regresivo. Traigo aquí a colación a Apple (1985: 43) , cuando escribe que «estas resistencias culturales informales, este proceso de contestación, puede actuar en formas contradictorias que pueden al final tender a ser reproductivas».

 El epígrafe Metáfora 4: La escuela como empresa me sugiere la pregunta: ¿y la violencia existente en los centros privados y de los jóvenes de clase acomodada? Rescato las informaciones cada vez más profusas sobre cómo este sector, tradicionalmente presentado como ajeno a los conflictos, está desarrollando cada vez más actitudes claramente violentas. Me formulo si no será el nivel de alta exigencia un factor desencadenante de estas conductas, además de otros muchos elementos determinantes o coadyuvantes.

 Aun cuando el recorrido del artículo destila un cierto pesimismo, y desde la constatación de esa realidad paradójica que arriba señalo, invito a la reflexión sobre si la escuela es o puede ser uno de los espacios institucionales donde la democracia se da o se puede dar cita (lo hago por comparación con otros lugares de socialización, como la familia, el trabajo, las asociaciones de diverso tipo…).

 Nuestro amigo Paco nos hace la siguiente invitación: “habría que desempolvar la teoría de la desescolarización que Paul Goodman e Iván Illich plantearon hace unas décadas”. En la actualidad estamos asistiendo a un proceso de desescolarización en determinados segmentos poblacionales (curiosamente entre quienes están insertos en la clase dominante) de algunos países del capitalismo avanzado (ello desde las posibilidades, oportunidades y recursos de la sociedad informacional), por lo que un planteamiento desescolarizador no está exento de riegos. Aprovecho para hacer un excurso mínimo y recuperar el hecho de que las ideas de Illich tampoco estuvieron exentas de crítica (puede verse, por ejemplo a Manuel Sacristán (2005) .

 Lo recién abordado remite al discurso sobre el futuro de la escuela. Aquí creo que caben dos posiciones de salida: 1) la reinvención de la escuela; y 2) la desaparición de la escuela. Personalmente, me adhiero a la primera propuesta. Paco nos ha dado pinceladas en línea con los teóricos de la reproducción y nos ha invitado a valorar en el tiempo presente a Goodam e Illich. El debate está servido: ¿a quién favorece la desaparición de la escuela?

 Entrando en los aspectos organizativos y de funcionamiento de la Enseñanza, y fundamentalmente de la ESO, que es donde parecen acentuarse los problemas, quizás sería cuestión de plantearse si es conveniente la coincidencia en un mismo espacio del alumnado de la ESO y de la Enseñanza Secundaria No Obligatoria. Asimismo, cabe interrogarse sobre la pertinencia de edificios enormes y valorar la posibilidad de espacios de no más de cuatrocientos alumnos/as.

 Igualmente, sin cuestionar la profesionalidad de los enseñantes, considero de urgencia la revisión de los planes de estudios, la potenciación de la formación continua del profesorado y el diseño de un nuevo sistema de acceso a la actividad docente (en relación con esto último, el modelo que transitoriamente establece la LOE no creo que contribuya al mejoramiento de la educación).


 Termino con un par de acotaciones. La primera, mucho se dice y se escribe sobre los conflictos en la escuela (y en el aula), pero se desconoce el pensamiento y los intereses del alumnado sobre esta cuestión. Indudablemente hay que investigar sobre esto último, pero, lo que es también de capital importancia, la palabra de los alumnos y alumnas debe pronunciarse y escucharse. La otra acotación, sin ánimo de enfadar a Paco: considero que su afirmación “sí pretendemos aportar nuevas ideas para comprender el fenómeno y sugerir claves teóricas que nos puedan ayudar a intervenir” puede resultar un tanto pretensiosa, sobre todo cuando, como fue su caso, el destino original de este trabajo era un congreso sobre teoría de la educación. Con todo, felicitación por el texto y bienvenidas sus reflexiones y propuestas.



La relectura del artículo de Jorge (creo que es el tercer intento de discusión del mismo en el Grupo de Investigación) propicia en mí determinados comentarios que os remito con el ánimo de contribuir al debate de mañana tarde, en el que me gustaría estar presente pero que definitivamente no va a poder ser así.

Considero que hay que agradecer a Jorge que haya volcado parte de las reflexiones surgidas desde su compromiso social en la escritura de este trabajo. Cada vez valoro más la generación del conocimiento a partir de la implicación, sea ésta del tipo que sea. En el caso presente, el recorrido que hace por cinco situaciones vividas en primera persona (aunque de manera colectiva) suponen ejemplificación de cómo se puede teorizar desde la problematización de la realidad en la que se está incurso y participando. El artículo así, supone la posibilidad de acercarnos a las sendas en las que Jorge ha transitado, o transita, desde hace unos años y de aproximarnos a su línea de reflexión (su trabajo de tesina fue/es también una gran ocasión).

Quizás pudiera argumentarse que la estrategia de juegos de simulación (enmarcada en las dinámicas de grupo) no es novedosa en los ámbitos socieducativos, por lo que el texto quizás no haga un aporte significativo en esta dirección. Pero, queriendo interpretar las intenciones del autor, y tomando como punto de arranque el propio título del trabajo, considero que nuestro amigo pretende ir más allá de la aplicación técnica de la estrategia en sí para dejarnos algunas reflexiones sobre la idoneidad de la misma ante conflictos que él adjetiva como socioambientales. Por mi parte, considero que este recurso puede ser también de gran utilidad en conflictos de tipo intragrupales o intergrupales desarrollados en ámbitos no estrictamente socioambientales.

Del seguimiento del texto de Jorge extraigo algunos apuntes mínimos que comparto con vosotros. De esta forma, por ejemplo:

 Los juegos de simulación devienen una ocasión para destapar situaciones conflictivas, pueden permitir aflorar el conflicto allá donde había una apariencia no conflictiva (situación de conflicto latente).

 Los juegos de simulación ayudan en la codificación y descodificación de la realidad conflictiva.

 Los juegos de simulación pueden resultar significativos para la acción, aun cuando sea simulada/virtual, y la reflexión sobre ella, dando oportunidad a la teorización del conflicto en cuestión y a su proyección a situaciones concretas y reales. Permite, de esta forma, el pronunciamiento del mundo y superar la cultura del silencio (siguiendo la terminología freiriana).


No obstante, pienso que la estrategia que estamos refiriendo exige unas determinadas condiciones para su adecuación (más allá del conocimiento técnico de la persona que la utilice: educadora, facilitadora, animadora…). Así, y si se emplea con miembros de distintos grupos en conflictos, debiera haber una disposición a la participación en la dinámica y una actitud que tenga como finalidad la cooperación y/o la negociación (todos ganamos y no yo gano y tú pierdes) en la resolución del conflicto. Asimismo, considero que el uso de la estrategia puede tener un mayor potencial aplicativo cuando queremos encarar el conflicto desde la provención (distinto de prevención), entendiendo ésta como un conjunto de capacidades, habilidades, estrategias, herramientas, etc., que permiten o ayudan en la intervención positiva en los conflictos sin esperar al momento crítico del conflicto y actuando sobre las causas y orígenes del problema.

Jorge nos lanza seis preguntas sobre el juego de simulación (ver página 3 del texto). Él nos ofrece algunas posibles respuestas en el decurso de su texto, pero considero que las interrogantes siguen abiertas, aun cuando su posición es muy valorable. Seguro que en la discusión de mañana aparece la creatividad y con ella el Grupo encuentra reflexiones que complementan lo ofrecido por nuestro amigo Jorge.