sábado, 7 de abril de 2007

Comentarios al artículo de Paco Cuevas

Aunque el tiempo ha pasado, porque este artículo creo que lleva escrito tres años y mucho ha llovido desde entonces, en mi opinión sigue estando de actualidad, porque los problemas a los que alude, no solamente están planteados, sino que están mas generalizados y son más intensos si cabe.

Plantear visiones de la Escuela a través de metáforas me parece un recurso estupendo porque así podemos ver que las teoría de la educación, que Paco reivindica como una necesidad fundamental, no son algo especulativo, sino algo concreto que nos permite describir la realidad, cuestionarla e interpretarla, por ello vaya desde aquí mi enhorabuena por esta intuición.

Efectivamente la Escuela es al mismo tiempo olla a presión, cárcel, isla, empresa y coche sin frenos, aunque esto último no lo comparto en su totalidad y ahora explicaré por qué y como nuestro autor afirma, el conflicto es algo inherente a toda realida social, institucional, igual que las contradicciones, errores e incoherencias son consustanciales a todo ser humano. Por tanto el problema reside en encontrar los fines y los medios más eficaces para realizar el modelo que queramos construir en la Escuela. Pero ¿cual es ese modelo en tiempos de complejidad, incertidumbre y posmodernidad? Pues la verdad que la cosa está complicada porque ya los grandes modelos han desaparecido, si es que alguna vez los hubo, por tanto ahora nos queda ser humildes, conscientes, reflexivos, pacientes, esperanzados y martillo-pilón, es decir, hacer algo positivo en cada instante que se nos presente sin perder la vinculación social, el trabajo en equipo, la cooperación, la discusión colectiva y franca, el análisis y la responsabilidad social compartida, porque hoy no puede entenderse la Escuela si no es en clave de responsabilidad social.

¿Y cómo se concreta esto? Pues comiendo día a día, haciendo camino al andar. Y es aquí donde hay que denunciar que ya no valen esos costosos esfuerzos normativos que señalan al milímetro que es lo que deben hacer profesores y alumnos en las clases, ni tampoco toda esa rutina de proyectos y proyectitos subvencionados que después no van a las raíces de los problemas, se quedan en nada o simplemente sirven para engrosar la loca carrera de los méritos personales y colectivos para seguir haciendo carrera en las instituciones.

Paco Cuevas plantea su artículo referido a la Escuela Obligatoria y de forma específica señala a la Secundaria, pero ¿Qué decir de la Universidad y sus Facultades? ¿Qué métaforas podríamos aplicar a las Facultades de Ciencias de la Educación? ¿Se educa en ellas a los que después serán educadores y educadoras?

Podría tal vez proponerse la métafora del Mercado, un lugar donde todo el mundo va a comprar, vender y supuestamente a satisfacer necesidades y se pone en manos de vendedores especialistas para después recibir solamente un papel que acredite que ha llegado a su máximo nivel de vendedor y que ya puede ejercer una profesión. Un lugar donde uno va a obtener una carta de vendedor que te otorgan unos sujetos cuya visión no va más allá que de lo estrictamente reproductor, mercantil y en el que prima el individualismo, la competitividad, la envidia, los resentimientos, los celos y en el que resulta cada vez más difícil producir conocimiento, no sólo ya porque no se lee lo suficiente, si no porque se investiga muy poco sobre aspectos que respondan realmente a necesidades personales y sociales. Un lugar en el que muchas personas van lampando por un puestecito, un título, un certificado, una pequeña publicación, un lugar en el panel de ponentes en el Master o en las Jornadas...un reconocimiento público… Por esto cuando nos ponemos a hablar de macroconflictos y macrocontradicciones, es indispensable que analicemos al mismo tiempo las nuestras y como la ideología dominante penetra en mi propia personalidad y en mi propia conducta.

Efectivamente nuestro autor acierta de lleno en los senderos alternativos que propone: Educación Liberador, Pedagogía Institucional, Autogestión Pedagógica… (Freire, Goodman, Lobrot, Lapassade, Illich…) y coincido plenamente en que la alternativa no es la desescolarización y hay muchas razones para afirmar la permanencia de la Escuela y las Instituciones Educativas, pero ¿Bajo este modelo burocrático, patriarcal, mercantil y de escasa responsabilidad social? ¿Y que hacemos? Pues esto que estamos haciendo: generar discusión, debate, análisis, participación, teoría, prácticas, acciones pero todo con vinculación grupal, cooperativa y con expresión concreta en iniciativas, cada uno en el contexto y en la realidad en que se encuentre.

Por último decir, que psicologizar la pedagogía ha sido y sigue siendo una gran tentación y así surge ese híbrido, esa palabreja llamada "psicopedagogía" que cada vez me gusta menos (siendo yo uno de esos) y en esa psicologización se esconde un gran olvido, que los problemas son también y primero, matgeriales, sociales, institucionales, colectivos y que son las condiciones sociales de existencias las que condicionan (sin determinar) nuestras características individuales y después estas a su vez influyen en las sociales, por acción o por omisión. Quiero decir que mientras la pedagogía no se politice en el sentido más puro, radical y liberador del término y no en esos sectarismos partidarios que dividen y encorsetan a los grupos, mientras que no asumamos plenamente que la educación es una cuestión macro, meso y micropolítica nos comeremos un pan como unas hostias. Volver por tanto a re-crear a los clásicos de la Educación Liberadora como propone Paco, no solamente es una imperiosa necesidad, sino una urgente tarea.

Enhorabuena Paco, Me da mucha alegría coincidir y compartir contigo la sencilla y bonita reflexión que nos has regalado.

Os dejo con algunas frases de Goodman, de su conocida obra "La deseducación obligatoria". Estamos hablando de 1973, año de su publicación en España. ¿Están vigentes todavía?

¿QUÉ ENSEÑA REALMENTE LA ESCUELA?

«...Que la vida es inevitablemente rutina, que está despersonalizada y que sus categorías sociales se basan en la corrupción; que es mejor hacer lo que está mandado y cerrar la boca; que no hay lugar para la espontaneidad, la sexualidad abierta y un espíritu libre. Educados en las escuelas se introducen en un mismo tipo de empleo, cultura y política. Esto es la educación: deseducación, socializar de acuerdo con la normativa nacional y estructurar de acuerdo con las “necesidades nacionales”... En la práctica, nuestras escuelas reflejan fielmente nuestra sociedad, si hacemos la salvedad de que exageran muchas de sus peores características y que poseen los defectos típicos de las instituciones académicas de todas las épocas y lugares...»

¿EDUCACIÓN EN VALORES?

«...Se ha dicho que nuestras escuelas funcionan de acuerdo con los valores de la clase media, pero este es un uso terminológico falso y desorientador. Las escuelas representan cada vez menos cualquier tipo de valores humanos, y sí representan un simple acatamiento a sistemas mecánicos...»

¿CUÁL ES EL PROBLEMA?

«El problema, desde un punto de vista educativo general, consiste más bien en aprender a vivir dentro de una elevada tecnología. El énfasis debe radicar en las virtudes morales de la ciencia misma, austeras y al mismo tiempo liberadoras; en su belleza humana; en la selectividad y racionalidad circunspectas de la ecología y la medicina psicosomática. Estos valores son muy diferentes de nuestro proceso educativo general encaminado a la consecución de un doctorado universitario como objetivo final»



Juan Miguel Batalloso Navas.

Camas a 7 de abril de 2007

No hay comentarios: